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Atlantes de Tula: descubrimiento, datos, significado, descripción

En el corazón de México, los ecos de civilizaciones antiguas resuenan en las tierras que una vez fueron hogar de la poderosa cultura tolteca. Entre sus vestigios, destaca una monumental escultura conocida como el Atlante de Tula, un símbolo de la grandeza y complejidad de un pueblo que dejó una huella indeleble en la historia de Mesoamérica. Este majestuoso guerrero de piedra, que se alza imponente sobre el paisaje, no solo es un testigo del pasado, sino también una ventana hacia las creencias, valores y habilidades artísticas de sus creadores. Fue en ese terreno donde el arqueólogo Jorge Ruffier Acosta encontró las cuatro esculturas en 1940. Los guerreros toltecas también portan una mariposa de fuego, la que se puede apreciar en el pecho y es representación de Dios Xiuhtecuhtli o “Señor Precioso”, una de las deidades más antiguas y características de los pueblos semi nómadas del norte. Dentro de la zona arqueológica de Tula se encuentran 4 enormes figuras antropomorfas pertenecientes a la cultura tolteca, las cuales llevan por nombre “Atlantes de Tula”.

Una de estas civilizaciones es la de los Atlantes de Tula, una cultura que floreció en lo que hoy conocemos como México durante el período Postclásico mesoamericano. Conocidos también como Toltecas, los Atlantes de Tula construyeron ciudades monumentales y desarrollaron técnicas avanzadas en la metalurgia, la escultura y la arquitectura. En este artículo, exploraremos la historia de esta fascinante civilización, desde su origen hasta su desaparición, pasando por sus mayores logros y su influencia en la cultura mexicana contemporánea. El Atlante de Tula es uno de los monumentos más emblemáticos de la antigua civilización tolteca, y su relevancia no solo radica en su valor arqueológico, sino también en su papel en el turismo y la conservación del patrimonio cultural de México. Este sitio, ubicado en el estado de Hidalgo, atrae a miles de visitantes anualmente, lo que plantea importantes consideraciones sobre la preservación y la gestión del turismo en la región. Las interpretaciones sobre el significado del Atlante de Tula se han visto enriquecidas por el trabajo de arqueólogos e historiadores que han estudiado la cultura tolteca y su contexto histórico.

Muchos habitantes del entorno de esta ciudad buscan asentarse en nuevos territorios propiciando el florecimiento de nuevas culturas mesoamericanas. Es decir, se distingue un pectoral en forma de mariposa, varios cuchillos, alguno en la mano y otros en los brazaletes, así como tienen un lanzadardos. Los Atlantes de Tula son una prueba monumental del cuantioso patrimonio arqueológico que atesora México. Se podría pensar que allí el pasado prehispánico solo se manifiesta con los grandes yacimientos de los mayas o los aztecas, ahora conocidos como mexicas.

Se trata de una pirámide de base cuadrangular que originalmente constaba de cinco cuerpos escalonados. En su cima se erigen los imponentes atlantes, cuatro esculturas monolíticas de aproximadamente 4.6 metros de altura, talladas en basalto. Tula fue la capital de la civilización tolteca, una de las culturas más influyentes del Posclásico en Mesoamérica. Los toltecas, cuyo nombre en náhuatl significa «maestros constructores», se distinguieron por sus avanzados conocimientos en arquitectura, escultura y urbanismo. El Atlante de Tula, una de las obras maestras de la civilización tolteca, ha dejado una huella indeleble en la cultura popular de México. Su imponente presencia ha inspirado a artistas, escritores y cineastas a lo largo de los años, convirtiéndose en un símbolo de orgullo y una fuente de asombro.

Estas⁣ esculturas de grandes dimensiones se caracterizan por representar‌ a guerreros o dioses, y se utilizaban como columnas o pilares en los ⁣templos​ y palacios de la antigua ⁣civilización tolteca. Su papel ⁤en la arquitectura era tanto decorativo como funcional,⁣ ya que además de sostener estructuras pesadas, también se cree que tenían un⁤ significado simbólico y ritual. El Atlante de Tula son cuatro grandes esculturas de guerreros que se encuentran en la cima de un templo en el centro del sitio arqueológico. Estas figuras de piedra, que miden aproximadamente 4.5 metros de altura, están talladas en andesita y representan a guerreros con características distintivas, como la cabeza de un jaguar, una vestimenta elaborada y un hacha en la mano. Su descubrimiento ha proporcionado no solo un valor artístico sino también un interés histórico significativo, ya que representan la identidad y el poder militar de los toltecas.

La zona arqueológica de Tula es un testimonio imponente de la grandeza de la civilización tolteca. Este antiguo centro ceremonial y urbano, que floreció entre los siglos X y XII, es conocido por sus monumentales esculturas conocidas como los atlantes. Los atlantes de Tula son cuatro figuras antropomorfas ubicadas en la zona arqueológica de Tula, en el estado mexicano de Hidalgo. Los también llamados “gigantes de Tula” fueron construidos por los toltecas, una de las culturas más poderosas de la zona.

Influencia en la identidad nacional mexicana

Por su diseño, también se puede intuir que estos pilares eran usados también como ornamentos hechos de piedra basáltica. Su sola presencia demuestra las capacidades artesanales que tenía este pueblo, sobre todo en lo que a trabajo en piedra se refiere. Esto se puede apreciar en la riqueza de detalles que tiene la escultura; brazaletes, armas, tocados en el pecho, pequeños animales labrados y sombreros de plumas. Surge así un nuevo centro cívico-religioso sobre las cenizas de Tula Chico que será conocido históricamente como Tula Grande. Las primeras referencias escritas a la ciudad de Tula las hizo fray Bernardino de Sahagún en el siglo XVI.

Vestimenta en la cultura tolteca: diseño y materiales

En el camino, nos encontramos con todos los puestos habidos y por haber de souvenirs y otras cosas. Un dato importante es que al salir ya no volvimos por acá, así que si quieren comprarse recuerditos es el momento. Al hacerlo, nos echas la mano para seguir compartiendo la mejor información y ayudarte a planear tus futuras aventuras.

  • Además, el Atlante ha sido objeto de estudios académicos que han buscado desentrañar su significado y su lugar en la historia.
  • Según la historia, fueron descubiertos en el año 1940 por el arqueólogo mexicano Jorge Ruffier Acosta.
  • La Zona Arqueológica de Tula se localiza al oeste de la ciudad de Pachuca, en la parte suroeste del estado de Hidalgo.
  • La llegada es al centro de la ciudad; de ahí se requieren de otros 15 minutos de taxi para llegar.
  • Lo primero que nos encontramos, fue un juego de pelota (el primero ya que mas adelante veríamos otro).

Como se ha indicado, las cuatro figuras estaban colocadas en la zona alta de la Pirámide B, en el mismo lugar en el que se volvieron a colocar tras ser halladas. Los atlantes están situados en la cima de la pirámide Tlahuizcalpantecuhtli o Estrella de la Mañana. Aunque las hipótesis han sido numerosas, la más común indica que su función era servir de soporte al techo de la construcción.

La zona arqueológica de Tula reabrió sus puertas el 8 de noviembre de 2021 después de que la pandemia del COVID-19 causara su cierre así como la de otras zonas y museos en México. A pesar de su importancia histórica, los Atlantes de Tula han sido una cultura en gran parte olvidada. Sin embargo, en las últimas décadas ha habido un esfuerzo por parte del gobierno mexicano y organizaciones culturales para reconocer la importancia de los Toltecas y promover su estudio y preservación. Los niños estábamos ahí buscando estampitas para poder llenarlo y al mismo tiempo aprendiendo sobre nuestra historia de una manera divertida. Gracias a el, fue que tuve desde chiquilla una gran curiosidad de visitar los sitios arqueológicos de mi país y del mundo entero. Nos permite ponernos en contexto de lo que vamos a ver, la época en la que existió, porque desapareció la ciudad, etc.

El sitio arqueológico de Tula se completa con varios edificios que rodearían la plaza que se supone fue el axis mundi del recinto sagrado de Tula Grande, el eje de la construcción de la ciudad. Además de la Pirámide B de los Atlantes, destaca el impresionante Palacio Quemado, una estructura sorprendente por el hecho de usar columnas de piedra como soporte del techo, algo insólito en la Mesoamérica más allá del área maya. Más de mil años después de su construcción, los Atlantes de Tula siguen despertando fascinación entre arqueólogos e historiadores que, tomando como base estas gigantescas esculturas, debaten sobre la relevancia de la cultura tolteca en Mesoamérica, heredera de mayas y teotihuacanos.

Los artesanos toltecas utilizaban herramientas de obsidiana, que les permitían realizar cortes precisos y dar forma a las esculturas con gran detalle. Cada Atlante está tallado en piedra volcánica, específicamente en un tipo EO travel conocido como tezontle, que es un material ligero pero resistente. Este tipo de piedra era ampliamente utilizado por los toltecas debido a su disponibilidad en la región y sus propiedades adecuadas para la escultura. Los guerreros están representados en posturas de combate, con una mano levantada sosteniendo un hacha de guerra y la otra en una posición que parece señalar o advertir. Este gesto ha sido interpretado como una representación de vigilancia y protección, simbolizando la función militar de los toltecas en su época. Las excavaciones en Tula han sacado a la luz otros elementos arquitectónicos, como plataformas ceremoniales, palacios y una serie de esculturas que reflejan la vida cotidiana y la cosmovisión de esta civilización.

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